"Cuando cambia tu mirada, cambias tú. Es la base de la actuación. Para poder ser e interpretar en escena, para meternos en la piel de otro, ponemos nuestra atención en la mirada. No hay transformación sin emoción. No hay emoción sin esa mirada profunda y consciente, vibrante, llena de vida. A través de la espesura, mi mirada aprende a ver mejor en la oscuridad y a iluminarla". _Alabama
Se trata de un entrenamiento que se nutre de las herramientas del teatro y que invita al mantenimiento, desarrollo y puesta en práctica de nuestra creatividad e inquietud artística.
Corresponde a la danza que emplea elementos compositivos del teatro o al teatro que se alimenta de la danza convirtiendo así la experiencia personal en la búsqueda de la expresión artística como signo y acto escénico.
Abordamos distintos lenguajes teatrales y artísticos para dar cabida a nuestra imaginación. Hacemos posible la creación escénica a partir de nuestras inquietudes profundas y personales. Creamos a partir del cuerpo como instrumento poético.
Mi viaje personal y profesional en el Teatro empezó hace 20 años por una necesidad interna de exploración, de alimento vital creativo y consciente. A partir de una corriente psicologista y textual en la práctica del Arte Dramático, descubrí una pedagogía de la creación teatral basada en el cuerpo como herramienta poética y expresiva dentro del llamado “Teatro Físico o Gestual” de Jacques Lecoq. La conexión entre ambas transformó mi mirada sobre la forma de hacer en escena dentro del proceso de creación como actriz.
El teatro no tiene categorías, trata sobre la vida.
Este es el único punto de partida y no hay nada más que sea realmente importante.
El teatro es vida. Pero la vida no es teatro. No todo es teatro.
Vamos al teatro para encontrar vida en él.
Sin embargo, si no hay diferencia entre la vida fuera y dentro del teatro, éste no tiene ningún sentido.
Si aceptamos que la vida en el teatro es más visible, más vívida, veremos entonces que es lo mismo y simultáneamente diferente.
La vida en teatro es más entretenida e intensa porque está más concentrada en el espacio y en el tiempo.
La comprensión consiste en eliminar cuanto no sea necesario e intensificar lo que queda.
Si se mantiene esta impresión, alcanzamos el punto en que dos personas sólo necesitan tres minutos sobre el escenario para decir lo que en la vida real les llevaría tres horas.
El obstáculo reside en saber si, momento a momento, en el acto de escribir o en el de actuar, existe una chispa, una pequeña llama, que inflame y dé intensidad a ese momento comprimido o destilado.
Porque la comprensión y la condensación no bastan.
La chispa es lo importante.
Esto demuestra hasta qué punto la forma teatral es terriblemente frágil, pues esa pequeña chispa de vida debe estar presente en todo momento.
El Coaching Actoral o Entrenamiento Artístico es una forma de vida, una suerte de práctica, un regalo que nos hacemos para compartirnos e invitarnos a seguir creciendo como seres humanos, haciendo visible lo invisible, y facilitando así un estilo propio de hacer, actuar, pensar y sentir. Mi entrega es proporcional a la valentía y fuerza vital creadora con la cual nacemos, sabiendo que cada persona es única, y desde un lugar donde se encuentran la gratitud, el respeto y la compasión.
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